Friday, December 30, 2011

Miré a otro hombre con deseos. Pequé y me arrepentí. Mi esposo me acusa. ¿Tendré que pagar por este pecado toda la vida?

Miré a otro hombre con deseos. Pequé y me arrepentí. Mi esposo me acusa. ¿Tendré que pagar por este pecado toda la vida?


Es claramente establecido en la Palabra que cuando miramos a una persona con deseos y en nuestra mente la codiciamos, estamos cometiendo adulterio. Lo mismo es aplicable cuando vemos pornografía, ya que estamos mirando a una mujer u hombre y deseándolos.

"Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón." Mateo 5:18
 
En este caso específico, una mujer casada, pero totalmente descuidada por su esposo, mira a otro hombre con deseos, conforme con la Palabra, está, de facto, pecando. Sin embargo, como con cualquier otro pecado, lo único que nos separa de Dios cuando pecamos es un corazón contrito, humillado y arrepentido. Si usted se ha arrepentido y ya no continúa insistiendo en tal pecado, usted debe perdonarse a sí misma, ya que Dios la ha perdonado.
Le confesé a mi esposo lo que pasaba, para que despertara y me diera el calor que necesitaba, pero ahora me acusa
Si su esposo la acusa, aun cuando usted le fue franca, y en vez de ejecutar el pecado y acostarse con un hombre que no era su marido, usted le ha confesado que necesita más atención de parte de él, su esposo está faltando a su papel como hombre, tanto ante Dios como ante la sociedad y ante su familia.
La Biblia nos dice:
"La mujer no tiene dominio sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido dominio sobre su propio cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración. Luego volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia." 1 Corintios 7:4-5. Versión RV. 1960

En otras palabras, si su esposo le está negando su cuerpo a usted, adrede o no, él está faltando a su compromiso matrimonial, ya que al hacerlo, él está contribuyendo a que usted sea tentada más allá de lo que debe ser razonable.
Notar la cláusula final de 1 Corintios 7:4-5: "para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia." La razón para la cual Dios no quiere que el esposo o la esposa niegue su calor, su cuerpo, su compañía, al compañero/a, es para evitar nuestra "incontinencia" (la tentación de Satanás, según otras versiones).
La versión NVI dice: "La mujer ya no tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposo. Tampoco el hombre tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposa. No se nieguen el uno al otro, a no ser de común acuerdo, y sólo por un tiempo, para dedicarse a la oración. No tarden en volver a unirse nuevamente; de lo contrario, pueden caer en tentación de Satanás, por falta de dominio propio." 1 Corintios 7:4-5
Notar que esta otra traducción o versión de la Biblia claramente nos dice que cuando el esposo niega la atención debida a su compañera (o viceversa), él está directamente cooperando con Satanás, ya que cuando Satanás la ve a usted sedienta de compañía, él viene y la tienta en un momento cuando su cuerpo es más proclive a no ser capaz de resistir la tentación.
Así que si en medio de una discusión, su esposo la acusa de haberle sido infiel (porque deseó a otra persona en la mente), él es un irresponsable, un cristiano inmaduro y un hombre que necesita ser transformado por la Palabra de Dios, en vez de estar usando la misma Palabra que él está fallando en obedecer para acusarla. 
¿Qué me recomienda hacer?
Busque la forma de que ambos puedan asistir a una o varias secciones de consejería con un profesional cristiano. No con un pastor/líder cristiano machista que vaya a darle toda la razón a él y en vez de resolver el problema, complique aún más lo nocivo de su aptitud irresponsable y abiertamente anticristiana.
¿Qué hago mientras tanto?
El sexo no es la única forma de nosotros satisfacer nuestros deseos más profundos. Cuando su esposo la descuide y en vez de ayudarla a "evitar las tentaciones de Satanás", él prefiera quedarse a ver la TV, o irse a la iglesia a "charlar con los hermanos" o a cualquier otra actividad, haga usted lo correcto. Busque del amante por excelencia; busque de Dios. Busque de Aquel que la ama más que su esposo, sus hijos y sus padres combinados. Entréguese al Señor en súplica y oración. Al hacerlo, el Señor tendrá misericordia de usted y de alguna forma le ayudará a vencer la tentación carnal.
Me rompe el corazón saber que como usted existe miles y miles de santas mujeres cristianas que están pasando por esta misma situación de abandono, mientras sus "machos" están convencidos de que son "verdaderos hombres de Dios". Sin embargo, no son más que irresponsables desobedientes (a la Palabra) que por su egoísmo extremo permiten que sus propios matrimonios se conviertan en infiernos horribles para sus esposas y por consecuencia, para sus hijos y el resto de la comunidad.
El sexo dentro del matrimonio tipifica la relación de la Iglesia con Cristo
El matrimonio es el único lugar que Dios ha provisto para que ocurra la unión entre el esposo y la esposa. En este formato, el acto sexual es un símbolo poderoso de amor entre Cristo y la Iglesia, un compartir puro, inmaculado, donde se experimenta gozo y delicia entre ambos cónyuges, un verdadero regalo recibido de la mano de Dios. Pero cuando su esposo no provee su parte, él abre la puerta a la tentación y lo que está creando literalmente es una bomba de tiempo que tarde o temprano tendrá consecuencias destructivas.

Autor: Lic. Dawlin A. Ureña
(El Lic. Ureña es
Pastor, y miembro de la Asociación Científica
CRS -
Creation Research Society)

Manual para la Mujer

La Pornografía en el matrimonio cristiano

La pornografía puede empezar con algo tan simple como una foto en la computadora o en una revista de hombres o en una Web. Y antes de que pase mucho tiempo, la necesidad de estimulación le lleva paso a paso de un material gráfico a un material más explícito y revelador y en un abrir y cerrar de ojos, lo hacemos de manera más y más frecuente.
La pornografía nos anima a tratarnos los unos a los otros como objetos o máquinas del placer. La pornografía siembra las semillas del aislamiento y nos lleva a relaciones no saludables y a la pérdida del respeto a nosotros mismos. Al paso que el usuario se involucra más y más en el mundo de la fantasía, la pornografía llega a ser una obsesión. 
Sin embargo, hay buenas noticias. Podemos liberarnos de la esclavitud de la pornografía.

¿Cuál es el impacto de la pornografía a la familia?
La Infidelidad Virtual: El uso de la pornografía dentro del matrimonio


¿Por qué la pareja no debe usar la pornografía para aumentar su excitación y para acrecentar sus relaciones sexuales? Hace mucho tiempo que la pornografía fue un vicio de los muy ricos. Nadie más podía darse lujos pornográficos. El Emperador romano llamado Cesar Tiberios era adicto a la pornografía y cuando quería satisfacerse, compraba pergaminos especiales de dibujos desde Egipto o traía al palacio jóvenes y señoritas entrenadas en las prácticas sexuales para demostraciones privadas.
Hoy, todo eso ha cambiado. Todos pueden comprar la pornografía. Las tiendas de rentar videos tienen secciones especiales solamente para las películas pornográficas. Con dos clics en la computadora, cualquiera puede ver lo que sea en la Web. Decir que "es fácil obtener pornografía" hoy día es una declaración que se queda corta. ¡Hoy la pornografía la tenemos pegada a nuestros ojos la queramos ver o no la queramos ver!
Vivimos en Pornotopia. En Pornotopia, la gente común y corriente hace preguntas que ni siquiera le hubiera ocurrido hacer en otros tiempos. Hoy se hacen preguntas como la siguiente: ¿Por qué el matrimonio no debe usar la pornografía para aumentar su excitación sexual y acrecentar sus relaciones sexuales? O ¿Por qué no podemos mirar una película pornográfica juntos antes de acostarnos en la cama? De todos modos, muchos alegan, "lo hacemos por una buena causa y por lo menos lo hacemos juntos". 
¡No es solamente que esto es malo sino que tampoco funciona! La esposa y su esposo no lo están haciendo juntos. Pensarlo es engañarse. En realidad, ¡se está invitando a otras personas a la intimidad del matrimonio! Ver pornografía no mejora sus relaciones sexuales. De hecho, la pornografía reduce su excitación y además debilita lo que sí puede acrecentar su excitación. Considerémonos cada uno de los cuatro puntos individualmente.
¿Por qué no están haciéndolo juntos? Llega la hora de acostarse, los señores Juan y Rosa González miran pornografía. Juan se excita mirando fotos de mujeres en vez de mirar a Rosa: Rosa se excita al mirar la imagen de un hombre en una foto en vez de mirar a Juan. Van a la cama y tienen relaciones sexuales. La pregunta es, ¿con quién están teniendo relaciones sexuales? Probablemente están en el acto sexual al mismo tiempo pero es bien claro que no están compartiendo el acto el uno con el otro. Juan está viviendo su fantasía con la mujer de la foto y Rosa con el hombre de la foto. El hecho que éstos no están presentes físicamente es sólo una detalle.

"Oísteis que fue dicho: "No cometerás adulterio". Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón."
Mateo 5:27-28

Nos asombraría la sugerencia de emplear prostitutas para la noche para Juan y Rosa, para que se calienten con ellas y luego simultáneamente se den la vuelta para completar la experiencia sexual con su pareja del matrimonio. Sin embargo, esto es en esencia exactamente lo que están haciendo. Están teniendo relaciones sexuales con otras personas aunque no hay nadie más presentes que ellos mismos.
Porqué la pornografía no aumenta las relaciones sexuales en el matrimonio Hace solamente una generación que la expresión "hacer el amor" se podía usar para cualquiera de las cosas que los enamorados hacen como por ejemplo: agarrarse de las manos, hacerse promesas increíbles, hacer cosas especiales el uno para el otro, susurrar dulcemente en el oído de su pareja. "Hacer el amor" quería decir cualquier experiencia donde los enamorados perdían la cabeza el uno por el otro en demostraciones de amor… porque el sacrificarse uno por el otro es lo que significa en realidad "hacer el amor". Hoy, desafortunadamente, utilizamos la expresión "hacer el amor" solamente para el acto sexual. Es una expresión engañadora. Claro que el acto sexual puede ser una manera de hacer el amor, ¡pero también puede ser una manera de destruirlo!


La razón por la que el acto sexual dentro del matrimonio es una manera de hacer el amor es porque el esposo se pierde a sí mismo en completo deleite de servir y complacer a su esposa, y la esposa hace lo mismo con su marido. Por contraste, cuando los esposos tienen relaciones sexuales incorporando la pornografía, ninguno de los dos está atento a su pareja, cada uno está pensando en sí mismo. Juan está satisfaciéndose a sí mismo, no a Rosa mientras imagina que Rosa no es Rosa sino la otra modelo y así Juana imagina que Juan no es Juan, sino el elegante modelo en quien está pensando. Eso no es hacer el amor… ¡Esto es masturbarse con el cuerpo de su esposa o su esposo!



Si usted quiere ver lo serio que es el problema de la pornografía, aun dentro del pueblo cristiano, voto y mire los resultados de eta encuesta:


Porqué la pornografía reduce la excitación sexual de la pareja? Hasta ahora es claro que aunque las relaciones sexuales pornográficas pueden acrecentar la excitación sexual de la pareja, no tiene nada qué ver la excitación sexual del uno con el otro. Cada uno está haciéndolo con otras personas. Y eso es solamente la mitad del problema.
La otra mitad es que las fantasías pornográficas llegan a ser adictivas. Considerémonos a Juan. Si Juan aumenta su excitación sexual imaginando que Rosa es otra mujer, Juan llegará a depender más y más en de fantasía, será menos capaz de ser excitado por Juana. No solamente eso sino que su fantasía perderá su poder rápidamente. Entonces para poder ser excitado otra vez necesitará… ¡una nueva fantasía! ¡Ahí está la trampa!
Al principio será suficiente solamente imaginar otra mujer. Pero pronto eso llega a ser antiguo, pues lo imaginario nunca tiene la vitalidad de la realidad. De pronto las fantasías de Juan van a ser más raras. Tendrá que imaginar no solamente otra mujer sino también otro tipo de mujer - no solamente las relaciones sexuales sino también otro tipo de relaciones sexuales - para poder sentir la excitación. Podrá encontrar que quiere la pornografía no solamente antes de las relaciones sexuales sino durante ellas. De hecho, la fantasía podrá llegar a no ser suficiente para satisfacerlo. Puede llegar a querer realizar… ¡sus fantasías pornográficas con su esposa! Sexo anal, sexo oral, posiciones raras, etc. se convierten en el nuevo nivel para lograr satisfacerse. 
La pornografía es destructiva en vez de constructiva De vez en cuando la pareja mira la pornografía simplemente porque tienen problemas disfrutando sus relaciones sexuales, y creen que la pornografía va a resolver este problema. Desdichadamente, el uso de la pornografía no solamente destruye lo que debe arreglar sino también, como ya hemos visto, distrae la pareja y evita que la pareja atienda lo que en realidad necesita ser atendido: El matrimonio.
La frustración sexual puede surgir de muchas causas. Posiblemente la pareja mira al acto sexual como una realización de sus propios deseos y no con el espíritu que Dios desea que se haga… con el espíritu de entrega. Posiblemente hay expectaciones no realistas acerca del acto sexual. Quizás uno de ellos está enfermo, deprimido, o tiene miedo de envejecer. A veces las frustraciones sexuales surgen de otros problemas dentro de la relación, como las disputas, la infidelidad o de no tomar tiempo para charlar y comunicarse.
Por la gracia de Dios, una pareja que esté enfrentando problemas puede trabajar en la reparación del matrimonio. Pero… ¡la pornografía no es la manera de ayudar, sino de empeorar la situación!

Autor: Lic. Dawlin A. Ureña
(El Lic. Ureña es
Pastor, y miembro de la Asociación Científica
CRS -
Creation Research Society) www.antesdelfin.com

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¿Qué cree Dios del "sexo anal"?



En una ocasión un visitante de Antesdelfin.com me envió una pregunta en la que me interrogaba sobre la posición de Dios con respecto a lo que él denominaba como "sexo anal". Pero lo más espeluznante de tener que enfrentarme a dicha disyuntiva lo conformaba el hecho de que esta persona me decía que fue una pareja de pastores quienes se encontraban incursionando en tales prácticas y que inclusive se habían dado la libertad de admitir desde el púlpito lo satisfechos que se encontraban al hacerlo. Pues hasta ahora yo había colocado en la gaveta la engorrosa situación de tener que responder a tal pregunta, pero ahora, dado el tema en que nos encontramos inmersos, he considerado apropiado mencionar que tales prácticas, en mi humilde opinión, podrían agruparse bajo prácticas que van contra "el uso natural" de los miembros sexuales creados por Dios.
En mi humilde opinión, creo que tanto el "sexo oral" como el "sexo anal" (donde el hombre inserta su pene por el ano de la mujer), son prácticas que van "contra la naturaleza". Dios inventó el sexo para la reproducción y para proporcionar placer a la pareja unida a través de la prescripción divina. El sexo no puede verse como un utensilio para satisfacer los deseos perniciosos y evidentemente pervertidos de la otra pareja recurriendo a actos que evidentemente van contra lo natural. Sea usted creacionista o evolucionista, debe admitir que el sexo que no es reproductivo es simplemente placentero. Pues aunque Dios no está opuesto al placer sexual (¡fue Él quien lo concibió!), Él sí está totalmente opuesto al placer pernicioso y liberal donde los participantes recurren a medidas claramente opuestas a lo prescrito por Él cuando nos diseñó.
Si tuviéramos que transar y en pos de lograr "placer sexual" tuviéramos que admitir cualquier cosa que resultara placentera a cada persona en particular, entonces tuviéramos que transar también en la admisión de los actos sádicos y masoquistas, los cuales, al parecer traen gran satisfacción y "placer sexual" a los envueltos en tales actos.
¿Dice la Biblia explícitamente que el "sexo anal" es prohibido por Dios?
Pues no creemos que la Biblia diga textualmente tal cosa. Sin embargo, la Biblia dice: "Honroso sea en todos (ustedes) el matrimonio, y el lecho sin mancilla" (Hebreos 13:4). Y aunque es obvio que la Biblia no nos dice exactamente a lo que se refiere cuando dice que se debe mantener "el lecho sin mancilla", es también contextual y exegético, entender que cualquier cosa que esté contra lo "natural", según lo define el Apóstol, es también motivo de causar "mancilla" a la cama matrimonial; esto, sin mencionar al que se enfrasca en tales prácticas ¡fuera del matrimonio!
¿Qué dice la Biblia que sí se puede hacer en la intimidad de la cama matrimonial?


Existe una gran cantidad de prácticas en las que la Biblia nos deja sin instrucciones precisas. Por tanto, es difícil para un hombre como yo, afectado por ideas preconcebidas, costumbres, entrenamiento y prejuicios, tomar la posición de juez y decir: "Esto se puede y esto no se puede". En esas zonas grises consideramos que es labor del Espíritu Santo decidir. Es Él quien hablará individualmente y dará paz si lo que se practica es "puro" o redargüirá si lo que se practica es "impuro".
¿Nos proporciona la Biblia alguna regla general que nos sirva de directriz?
"Todo lo que no es de fe, es pecado". Romanos 14:23. Creemos que esta es una regla general que nos puede guiar en este tipo y otros tipos de prácticas de nuestro diario vivir. Si al hacer cualquier cosa (asumiendo que usted es salvo) usted siente el toque del Espíritu de Dios, y la paz característica que sólo estar en perfecta obediencia para con Dios desaparece, entonces, esto no es "de fe", y por tanto es "pecado".
Dios nos ha llamado a ser santos, como Él es santo. Dios no nos ha exonerado la santidad para lograr la mal interpretada "felicidad" que tanto el hombre busca. Hace poco escuché en la televisión a una pareja de homosexuales "cristianos" decir flagrantemente que "ellos sabían que ser homosexuales no ofendía a Dios y que no dudaban en lo absoluto de su salvación ya que siendo homosexuales ellos eran felices, y sin duda alguna Dios deseaba que ellos fueran felices".
En ningún lugar de la Biblia Dios nos dice que Él desea nuestra fidelidad. ¡No! Dios sí quiere que seamos "santos", ver Levíticos 11:44 y 45; 19:2; 20:7; 20:26 e incontables otras escrituras. Dios no es feliz. ¡Dios es Santo! Es sólo en la obediencia total a sus preceptos donde podemos encontrar la paz que el hombre, a través de sus propios medios, no puede encontrar. Una combinación entre "obediencia", "santidad" y "humildad" proporciona el terreno perfecto para lograr la paz divina. Es esa paz la que el hombre confunde con felicidad. Si usted pierde la paz de Dios en su corazón cuando haga cualquier cosa, eso no es de Dios y por tanto es pecado. Si al tener sexo anal o al incurrir en cualquier otra práctica sexual, usted pierde la paz de Dios en su corazón, entonces eso es pecado. ¡No lo haga!

Autor: Lic. Dawlin A. Ureña
(El Lic. Ureña es
Pastor, y miembro de la Asociación Científica
CRS -
Creation Research Society) www.antesdelfin.com

¿Por qué se suicidan los jóvenes islámicos?

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AUNQUE LA BIBLIA NO NOS DICE EN BLANCO Y NEGRO QUÉ PASARÁ CON UNA PERSONA QUE SE SUICIDE, PODEMOS ENCONTRAR LUZ EN ELLA

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